Se proclama en la IV Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer (Beijing, 1995) a propuesta de la Federación Internacional de Productores Agrícolas (FIPA), la Fundación Cumbre Mundial de la Mujer (FCMM) y la Unión Mundial de Mujeres Rurales (UNMR) para resaltar las durezas en la que viven muchas mujeres en esas áreas, especialmente en los países periféricos.
La fecha pone de relieve la contribución de las mujeres del campo a la seguridad alimentaria y al desarrollo de las zonas rurales del mundo entero debido al papel fundamental que desempeñan en la producción, gestión y utilización de los alimentos y recursos naturales.